Compartimos nota de interés.
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Saludos Cordiales
D. P. T. U.
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HIJAS DEL FALLECIDO RECLAMAN US$ 500.000 A MUTUALISTA Y AL
REGISTRO CIVIL
Anulan boda contraída en CTI con
enfermeras como testigos
El
Tribunal de Apelaciones de Familia de Primer Turno resolvió anular un
matrimonio in extremis que tuvo lugar entre un septuagenario moribundo y su
cuidadora, una mujer de 55 años.
El
hombre era diabético (le habían amputado una pierna 12 años antes) e
insulinodependiente con tratamiento de diálisis, por lo que recibía atención
permanente.
El matrimonio se produjo el 1° de marzo
de 2011 cuando la mujer ingresó al CTI de la Médica Uruguaya
con un oficial del Registro Civil que realizó la ceremonia. Al parecer, el
hombre estaba inconsciente. En las actas respectivas se apunta que el hombre no
estaba en condiciones de firmar el documento y en otras se dice que no sabía
escribir.
Las personas que atestiguaron la boda,
según consta en el acta de matrimonio, son enfermeras y nurses que más tarde
debieron asistir al hombre en sus minutos finales. Ahora la Justicia Penal las
investiga para determinar su responsabilidad en el episodio.
El hombre era un jubilado bancario; en
el año 2011 cobraba una jubilación que superaba los $ 67.000. Las viudas de los
pasivos de la Caja
Bancaria perciben una pensión vitalicia tras el fallecimiento
de su cónyuge que, en este caso, podría ser de aproximadamente $ 40.000.
La mujer se vinculó al hombre en el año
2006 luego de terminar una relación sentimental. La mujer, sabiendo que el
septuagenario estaba buscando una cuidadora, se ofreció como tal y desde el
principio intentó alejar a sus familiares y amigos.
Ese año 2008, su padre les comunicó a
las hijas que esta cuidadora había abusado de su confianza y lo había obligado
a firmar un poder (estando internado en la Médica Uruguaya )
para hacer compras en la Cooperativa Bancaria.
Les
manifestó que con ese poder había realizado compras abusivas, retirado dinero
en efectivo de su cuenta (por unos $ 100.000), y cobrado la jubilación íntegra
del mes.
El 30 de junio de 2008, al salir de su
internación el padre de las denunciantes revocó el poder que había firmado.
En la historia médica del hombre se
deja constancia de la situación, debido al grado de angustia que vivía.
"Muy nervioso, la señora que lo cuidaba le robó la casa", dijo el
médico que lo atendía en ese momento.
Durante todo el período en que la mujer
estuvo junto al septuagenario evitó todo tipo de contacto con las hijas del
hombre.
Cuando estuvo internado en el CTI los
trabajadores de la institución médica impidieron el ingreso de ellas con el
argumento de que estaba grave.
Cuando falleció, las enfermeras y el
equipo del CTI entregaron todas las pertenencias del hombre a su
"esposa".
Además, la mujer se hizo cargo del
cuerpo al que dio sepultura en un lugar que sus hijas desconocen.
"Ante nuestra total sorpresa y
desasosiego se nos informa en admisión que nuestro padre había fallecido y que
su cuerpo había sido retirado", relata la denuncia presentada por las dos
mujeres.
La demanda añade que se le entregó el
cuerpo a la denunciada, quien lo enterró sin dar noticia a nadie, por lo que
para ellas "está desaparecido, con la angustia que todo esto implica para
sus familiares y amigos".
Juicio
Civil.
Durante el litigio, las hijas del
hombre lograron probar al Tribunal que la concubina de su padre ya estaba
casada con un hombre de 80 años en el momento en que se produjo la boda en el
CTI.
La mujer intentó negarlo y afirmó que
el septuagenario había reconocido a sus hijos como propios. Luego se desdijo en
la propia sede judicial.
En principio la denuncia fue radicada
en el Juzgado Penal de 14° Turno, pero el magistrado declinó competencia y el
expediente fue derivado a un juzgado de la Ciudad de la Costa.
Paralelamente, las hijas iniciaron dos
demandas civiles contra Médica Uruguaya y el Registro Civil. Reclaman que cada
organismo les pague por daños y perjuicios un total de US$ 250.000.
"Esa plata no paga el calvario que
vivimos", aclaró a El País una de las hijas del fallecido. Las dos mujeres
aclararon que no querían que sus nombres se divulgaran.
Ahora los policías de la seccional 2
están buscando a la mujer. Las hijas del septuagenario afirmaron que la mujer
no tiene pedido de captura aunque el caso está en la órbita penal. El único
contacto que mantienen es el teléfono celular que alguna vez perteneció a su
padre pero la mujer ya no atiende los llamados, ni siquiera los que realiza la Policía.
Fuente:http://www.elpais.com.uy/informacion/anulan-boda-contraida-cti-enfermeras.html
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